Golf Club Garlenda Garlenda

Más escondido que los clubes de Rapallo y Sanremo que datan de los años 30, el Golf Club Garlenda, inaugurado en 1965 en la ciudad homónima en un valle detrás de las playas de Alassio, se ha hecho un hueco entre los entusiastas gracias al ambiente acogedor de su propiedad: elegante e informal como una gran casa de campo, lujosa pero sin ostentación, en consonancia con la actitud típicamente liguriana de subestimar.

Nada de publicidad, sólo el boca a boca y la larga tradición de excelencia iniciada con la celebración del Abierto de Italia en 1971, y continuada por los numerosos campeonatos nacionales, internacionales y profesionales que juegan en este perenne campo de evolución. Pocos obstáculos de agua – el arroyo Lerrone que bordea o cruza el campo en cinco hoyos, y un estanque trampa en el segundo golpe del 17 – pocos desniveles, excepto en el hoyo 3, los últimos 150 metros cuesta arriba y el hoyo 10, un par 4 corto con un tee elevado desde el que los poderosos (y atrevidos) golpean el green.

Diseñado por los arquitectos ingleses John Morrison y John Harris que a mediados del siglo XX hicieron muchos trabajos en Italia, (sus nombres también se encuentran en lugares que van desde Menaggio y Riva dei Tessali hasta Biella y Barlassina), la dificultad del recorrido radica en los diminutos greens y en la presión de los límites, que no perdonan un tiro desviado. El atractivo del campo se debe más bien a la notable diferencia entre un hoyo y otro, nunca monótono ya que serpentea entre olivos, robles y pinos marítimos, imposible de olvidar y cada uno con sus propias características especiales.

Detalles técnicos

Campo: 18 hoyos, Par 72, 6085 metros

Arquitecto: John Morrison

Topografía: verdes ondulados, amplios peligros de agua

Características distintivas: el golfista más experimentado debe pensar cuidadosamente cada tiro.

Comentarios de Pro

Los 18 hoyos del Club de Golf Garlenda fueron diseñados con el sentido común en mente. En los hoyos más largos (12 y 16, por ejemplo), el espacio no falta, por lo que se puede empujar un poco más; en los hoyos más cortos, los fuera de límites, los pequeños y accidentados greens hacen que el juego sea más difícil y entretenido. Un ejemplo perfecto es el hoyo 18, un par 4 no largo con un tee elevado donde la precisión del primer golpe es fundamental para poder entrar en el green libre de árboles en la parte derecha de la calle: un green bien defendido y fuera de límites en la parte izquierda que recorre toda la longitud del hoyo.