Golf Club Cherasco Cherasco

«Tu putting green en el corazón de las Langas», como reza el eslogan de este dinámico y acogedor club, abierto en 1982 donde el río Tanaro se encuentra con la Stura. Una posición maravillosa desde una perspectiva naturalista (¡y enogastronómica!), pero que corría el riesgo de comprometer la existencia misma del club debido a las dos inundaciones de mediados de los 90 que casi destruyeron el campo. Superadas brillantemente estas dificultades también gracias al hábil director, Corrado Graglia, el Club de Golf Cherasco es hoy un punto de referencia para los golfistas que buscan un desafío estimulante pero no demasiado severo, y para aquellos que también aprecian la buena cocina y los vinos. En efecto, el club se encuentra en las colinas de las Langas, donde la tradición enogastronómica es suprema: las mejores botellas de Barolo, Barbaresco, Nebbiolo, Dolcetto y Barbera se acompañan aquí con excepcionales trufas blancas, avellanas, caracoles, exquisitos quesos y las tradicionales recetas en las que las trattorias locales (y el restaurante de la casa club) compiten entre sí para conquistar los paladares.

Diseñados en 1979 por el arquitecto Marco Croze, los 18 hoyos se extienden en dos niveles, uno en terreno llano y otro en las colinas, abrazados por un pintoresco parque salpicado de numerosos estanques y miles de árboles, algunos centenarios y otros plantados más recientemente: pinos, arces, carpes y robles crean un recorrido diversificado y exigente que, sin embargo, es apto para todo tipo de jugadores.

Detalles técnicos

Campo: 18 hoyos, Par 72, 6050 metros

Arquitecto : Marco Croze

Topografía: en parte plana, en parte montañosa, mucha agua.

Características especiales: los recorridos rectos son una ventaja, ya que las calles son parcialmente estrechas

Comentarios de los profesionales

Algunos de los hoyos de Cherasco son realmente hermosos: uno de ellos es el hoyo 13, el más complicado del campo: un largo par 4 en el que el primer golpe debe estar bien colocado, y luego el segundo debe hacerse hacia un pequeño green de nivel dividido con un obstáculo de agua frontal; para los handicaps más altos, recomiendo que juegues por un bogey y no cometas el error de apuntar al green desde lejos con el segundo golpe. Luego, en otoño, la llegada al club es una celebración para el paladar y el sentido del olfato, como se indica claramente en las líneas anteriores.